Um estudo qualitativo liderado pela Dra. Elizabeth Dalgarno investigou as experiências de 13 mães brasileiras vítimas de violência doméstica no sistema de justiça familiar do Brasil. O estudo revelou que, ao buscarem proteção contra parceiros violentos, algumas dessas mães perderam a guarda dos filhos devido a alegações de alienação parental, um conceito questionável usado para desacreditar relatos de abuso.
O estudo aponta que a legislação brasileira sobre alienação parental, em vigor desde 2010, tem sido usada para punir mães que denunciam violência, enquanto pais acusados de crimes graves, como abuso sexual infantil, muitas vezes escapam de punições. As mães relataram sofrer de diversos problemas de saúde, incluindo o que os pesquisadores chamam de “Trauma Induzido pelo Tribunal e pelo Perpetrador” (CPIT).
O estudo também destaca que investigações criminais sobre abuso sexual infantil foram frequentemente encerradas devido a alegações de alienação parental. A Dra. Dalgarno expressa preocupação com o uso da alienação parental como arma contra mulheres nos tribunais de família e apela ao governo brasileiro para investigar as ligações entre o sistema judicial familiar e os danos à saúde, bem como para fortalecer a proteção dos direitos humanos das mulheres e crianças vítimas de violência. As citações das mães revelam sentimentos de injustiça, impotência e vitimização dentro do sistema judicial.
CONVENCIÓN BELÉM DO PARÁ (MESECVI) MESECVI/CEVI/DEC.4/14 Undécima Reunión del Comité de Expertas/os 19 de septiembre 2014 Practicar las diligencias periciales teniendo en cuenta los derechos fundamentales de inviolabilidad e integridad física y moral de las mujeres, niñas y adolescentes víctimas de violencia, observando los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, siempre bajo la existencia de consentimiento previo e informado de las víctimas; Reducir la cantidad de intervenciones de las mujeres, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual en el proceso a una declaración o denuncia única, en la medida de lo posible, e interrogando a las víctimas únicamente sobre el hecho denunciado en búsqueda de obtener la información mínima e imprescindible para la investigación, en aras de evitar la revictimización; Realizar investigaciones prontas y exhaustivas teniendo en cuenta el contexto de coercibilidad como elemento fundamental para determinar la existencia de la violencia, utilizando pruebas técnicas y prohibiendo explícitamente las pruebas que se sustentan en la conducta de la víctima para inferir el consentimiento, tales como la falta de resistencia, la historia sexual o la retractación durante el proceso o la desvalorización del testimonio con base al presunto Síndrome de Alienación Parental (SAP), de tal manera que los resultados de éstas puedan combatir la impunidad de los agresores; Prohibir los mecanismos de conciliación o avenencia entre el agresor y las víctimas de violencia sexual contra las mujeres, y las causas eximentes o excluyentes de responsabilidad en esos casos, que mandan un mensaje de permisividad a la sociedad, refuerzan el desequilibrio de poderes y aumentan el riesgo físico y emocional de las mujeres que no se encuentran en igualdad de condiciones en la negociación